miércoles, 8 de octubre de 2008

Bienaventurados los de limpio corazón - Ministerios Logoi


PDF Imprimir E-Mail

ImageUn pequeño niño dijo a la señora cristiana que lo estaba cuidando: "¿Cómo voy a poder ver a Dios si siempre me haces cerrar los ojos cuando hablas con él?" Su lógica era perfecta pero no así los hechos. "A Dios nadie le vio jamás" (Juan 1:18). No podemos ver a Dios con nuestros ojos físicos. Una niñita le dijo a su padre, que era un predicador: "Papito, quiero que alguna vez me muestres a Dios." El padre le aseguró que trataría de hacerlo por todos los medios. Felipe nos incluyó a todos en su ruego cuando dijo "Señor, muéstranos al Padre, y nos basta" (Juan 14:8).

En la sexta bienaventuranza, que es nuestro texto de hoy, Jesús afirma que la vista por la cual podemos ver a Dios es la de un corazón puro.

I. ¿QUIENES SON LOS DE LIMPIO CORAZÓN?Limpio como el Cristal, Dulce como la Miel

A. Limpio (kataros en el original griego, puro) significa estar libre de adherencias o mixturas de cualquier cosa que mancha o adultera. Por ejemplo, el lino puro es el hilo hecho limpio por el lavado. El oro puro es el oro separado por el fuego refinador de metales de baja ley y de escoria. A la vid en Juan 15:1-3 se le quitan todas las ramas secas para limpiarla y ponerla en condiciones de llevar fruto. En otras palabras, se la purifica.

En el sentido ético de la palabra, puro significa estar libre de toda mezcla de. falsedad y por consiguiente genuino y sincero. De esto hay muchos ejemplos: "Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida" (I Timoteo 1:5). "Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor" (II Timoteo 2:22), "No impongas con ligereza las manos a ninguno, ni participes en pecados ajenos. Consérvate puro" (I Timoteo 5:22), "Doy gracias a Dios, al cuál sirvo desde mis mayores con limpia conciencia (II Timoteo 1:3),'"que guarden el misterio de la fe con limpia conciencia" (1 Timoteo 3:9). A los judíos en Corinto Pablo dice "Vuestra sangre sea sobre vuestra propia cabeza; yo, limpio" (Hechos 18:6), es decir puro, inocente, sin tacha, sin ninguna mixtura o culpa.

B. El corazón es el órgano central del cuerpo físico. En la Biblia es el símbolo de la vida espiritual, del alma, el asiento o fuente de los pensamientos, deseos, apetitos, motivos, etc. En el concepto moderno se considera la mente como el asiento de los pensamientos, pero en el lenguaje escritura) es en el corazón donde descansa el pensamiento y asimismo los sentimientos. El corazón significa la personalidad entera, el hombre interior.

C. "Limpio de corazón", pues, significa puro o limpio en el recinto de la vida interior; sincero en los propósitos y motivaciones más íntimos. Uno que es limpio o puro de corazón ama a Dios de verdad. Es una persona regenerada cuya mira es únicamente la gloria de Dios. Es lo opuesto de aquel que trata de servir a Dios y a las riquezas al mismo tiempo (véase Mateo 6:24). Ciertos giros de la Biblia ayudan a ilustrar el significado: ¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón; el que no ha elevado su alma a cosas vanas, ni jurado con engaño" (Salmo 24:3,4). "Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio" (Salmo 51:10). "Ciertamente es bueno Dios para con Israel, para con los limpios de corazón" (Salmo 73:1).

Debe notarse que la expresión "limpio de corazón" no se usa para indicar una persona moralmente perfecta ¡pues no hay nadie que lo sea! sino una regenerada que tiene el propósito sincero de hacer la voluntad de Dios. También aquí tenemos muchos ejemplos en las Escrituras: "Y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones" (Hechos 15:9). "La sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado" (1 Juan 1:7). "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad" (I Juan 1:9). Por lo tanto, el "limpio de corazón" es aquel que con honestidad ha rendido su vida a Dios. Habiendo colocado su todo sobre el altar, sin reservas, sin doble intención, su único propósito en la vida es glorificar a Dios.

II. LA PROMESA: "PORQUE ELLOS VERÁN A DIOS"Corazón como el Tuyo Jesús

A. ¿Qué significa esto? Esta expresión se deriva de una costumbre practicada por antiguos monarcas orientales que vivían en reclusión. Eran vistos solamente por un número relativamente reducido de sus cortesanos de mayor confianza. Se consideraba como un privilegio especial el poder ver el rostro del rey. En el libro de Ester tenemos una ilustración de esto. En Ester 1:14 se nombran los "siete príncipes de Persia y de Media que veían la cara del rey, y se sentaban los primeros del reino." Aun Ester siendo reina no podía aparecer ante su esposo el rey so pena de muerte. (Véase Ester 4:11-17.)

La promesa de que los limpios de corazón verán a Dios no se refiere a los ojos físicos sino a que ellos experimentarán la realidad de Dios. En Juan 3:3 Jesús dijo a Nicodemo: "El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios," es decir, entrar al reino, experimentar la realidad del mismo.

B. Los limpios de corazón verán a Dios.

  1. En el cielo. Esto es ciertamente una parte de la promesa pero no el total. Jesús prometió que sus discípulos (los limpios de corazón) estarían con él para siempre en su hogar celestial (véase Juan 14:13). David expresó su fe, "En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza" (Salmo 17:15), y otra vez, diciendo, "Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días" (Salmo 23:6). El apóstol Juan escribió: "Amados, ahora somos hijos de Dios, y aun no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifestare, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es" (1 Juan 3:2).
    En Apocalipsis 22:4 se nos asegura: "Y verán su rostro, y su nombre estará en
    sus frentes." Pablo está, seguro de que, "Cosas que ojo no' vio ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman" (1 Corintios 2:9).

    Juan Jasper, un esclavo que predicaba con gran elocuencia, parece haber dicho en una ocasión que todo lo que él deseaba en el cielo era una rendijita en una puerta de costado para poder mirar a Jesús por diez mil años. "Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios" (Apocalipsis 21:3).
    Solamente los redimidos irán al cielo, pero todos irán; los puros o limpios de corazón verán a Dios.

  2. Los que verán a Dios son los que ahora lo ven, es decir, que experimentan su presencia por fe. La idea aquí es que continuarán experimentando la presencia de Dios. Los limpios de corazón ven a Dios en su experiencia cristiana. Dios es conocido por sus obras. "Los cielos cuentan la gloria de Dios" (Salmo 19:1). "Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas" (Romanos 1:20).
    "A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer" (Juan 1:18). La experiencia normal de los "limpios de corazón" es simplemente que ellos sienten en su corazón la realidad de Dios. La promesa de Jesús, "He aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mateo 28:20) es una experiencia presente y real.
    Cuando "clamamos: ¡Abba, Padre! el Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios" (Romanos 8:15,16). Un querido hermano ha testificado:
    "No he visto a Dios con estos ojos (tocándose sus ojos físicos); pero Dios es tan real para mí como lo es mi esposa y mis hijos.
    No se me ocurriría pecar ante su mirada tanto como no lo haría delante de ellos."


CONCLUSIÓN.

El ver a Dios cambia maravillosa mente nuestra vida.

  • A. El ver a Dios nos hace humildes. Escuchemos al respecto lo que dice Isaías: "Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos" (Isaías 6:5). Escuchemos a Job: "De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza" (Job 42:5,6).

  • B. El ver a Dios nos estimula a servir. Escuchemos de nuevo a Isaías: "Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí" (Isaías 6:8). Veamos a Pablo: "El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? (Hechos 9:6).

  • C. El ver a Dios cambia el orden de las prioridades en nuestra vida. Nuestros intereses se proyectan ahora más bien hacia metas divinas que terrenales. "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas" (II Corintios 5:17).

  • D. El ver a Dios arranca el temor de la muerte y del juicio. Oigamos a Pablo: "Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia" (Filipenses de 1:21).

El Dr. Juan R. Sampey era un erudito notable. Un pequeño niño se le sentó en las piernas y dijo:

"Cuando vaya al cielo voy a ir a sentarme sobre el regazo de Dios y le daré un beso." El distinguido intelectual, al contar el incidente, dijo: "¿Creéis que me transformé en teólogo y le expliqué al niño de que él estaba pensando en términos antropomórficos? De ninguna manera, sino que le dije, `Hijito, creo que es eso exactamente lo que Dios quisiera."


Los limpios de corazón deben ser felicitados, pues ellos continuarán viendo a Dios.

Fuente: Ministerio Logoi

LOGOI fue fundado en 1968 por su presidente, el Rev. Les Thompson, Ph.D. Esta institución fue creada "a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo" (Efesios 4:12). Tras su largo peregrinar por toda la América Latina difundiendo el glorioso mensaje y las enseñanzas del Evangelio de Jesucristo, LOGOI mudó su sede —en el bello país de Costa Rica— a la estratégica ciudad de Miami, en los Estados Unidos. Desde allí continuó su ministerio entrenando pastores, ministros y líderes que hoy engrosan el hermoso ejército de obreros que adelantan la obra expandiendo el Reino de Dios en América Latina. En la actualidad LOGOI es reconocida como una entidad líder en la enseñanza de la Biblia, ayuda y entrenamiento pastoral a través del mundo hispano. LOGOI se enorgullece de contar con el reconocimiento de docenas de universidades, seminarios, asociaciones pastorales y diferentes denominaciones.

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