domingo, 9 de noviembre de 2008

EL PODER DE LAS PALABRAS DE FE

Por el Pastor César Castellanos


"Vivo yo, dice Jehová, que según habéis hablado a mis oídos, así haré yo con vosotros" (Números 14:28). Josué y Caleb fueron los únicos de los diez espías que hablaron de una manera diferente. Ellos decidieron creerle a Dios y trataron de mover al pueblo a que actuara en fe y tomara posesión de la tierra. Dios se agradó tanto de ellos que le dijo a Moisés: "Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró, y su descendencia la tendrá en posesión" (Números 14:24).

Los efectos devastadores de las palabras de queja
Por otro lado, la mayor parte del pueblo se había quejado contra Dios diciendo: "¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto ojalá muriéramos! ¿Y por qué nos trae Jehová a esta tierra para caer a espada, y que nuestras mujeres y nuestros niños sean por presa? ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto?" (Números 14:2-3). La respuesta de Dios al pueblo fue: Cada palabra que han expresado, se ha convertido en un decreto. Y eso es lo que exactamente haré, morirán en el desierto. Cuarenta días reconocieron la tierra, cuarenta años andarán en el desierto. Vuestros hijos llevarán vuestras rebeldías hasta que seáis consumidos en el desierto.
"Aquellos varones que habían hablado mal de la tierra, murieron de plaga delante de Jehová. Pero Josué, hijo de Nun, y Caleb, hijo de Jefone, quedaron con vida de entre aquellos hombres que habían ido a reconocer la tierra" (Números 14:37, 38).
Tenga un corazón agradecido
Josué y Caleb, al confesar ante el pueblo las promesas de Dios, estaban honrándole ante toda la congregación. Y pasados cuarenta años, fueron los líderes que introdujeron al pueblo de Israel en la tierra prometida.

Las palabras del sabio y las palabras de necio
Salomón dijo: "El hombre será saciado de bien del fruto de su boca; y le será pagado según la obra de sus manos" (Proverbios 12:14).
"Las palabras de la boca del sabio son llenas de gracia, mas los labios del necio causan su propia ruina" (Eclesiastés 10:12).
"La boca del necio es quebrantamiento para sí, y sus labios son lazos para su alma" (Proverbios 18:7).

Una mente de vencedor debe significar en la vida de cualquier creyente el inicio de una vida de éxito, de conquistar y poseer las promesas que nuestro Dios nos ha dado en las diferentes áreas de la vida: en nuestra relación con Dios, con nuestra familia, ministerio, finanzas, trabajo y salud.

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