jueves, 15 de enero de 2009

DIOS PLANTO UN HUERTO DE BENDICIÓN PARA TI


DIOS PLANTO UN HUERTO DE BENDICIÓN PARA TI
Por Pastor César Castellanos D.

Dios mismo plantó el huerto del Edén y puso allí al ser humano. El inmenso jardín ya contaba con plantas y árboles que poseían toda clase de frutos. Lo único que el hombre tenía que hacer era extender su mano y tomar lo que quisiera. Así son las bendiciones de Dios, están sembradas por Él desde la eternidad y para cada uno de nosotros.

Tome papel y lápiz y haga una lista, anote allí de qué cosas carece, cuáles son los suministros que le hacen falta, qué es lo que está precisando. Posiblemente su necesidad sea de índole financiera. Quiero anticiparme a decirle que Dios ya plantó una gran bendición económica para usted. Él la separó para que usted no pase ningún tipo de necesidad, para que usted pueda alegrarse en su provisión. Dios preparó un buen vehículo para que usted pueda movilizarse por la ciudad, Él dispuso de un lugar donde usted pueda vivir, eso significa que Dios tiene una casa muy cómoda y confortable para usted. ¡Dios ya tiene todas esas prosperidades para su vida!

¿Qué otra bendición Dios tiene para usted? La bendición en el ministerio, la de los discípulos que usted va a formar. La bendición ya está, el Señor la sembró para usted. Él le dio un gran ministerio, pero el tamaño del mismo depende del tamaño de su fe. Y algunos nunca ven las bendiciones de Dios, cuando ciertamente ellas están allí, están cerca. Les falta fe.

Un entomólogo francés se puso hacer un experimento con unas orugas conocidas con el nombre de "procesionarias". Se denominan así porque una va marchando detrás de la otra. Un día, este científico puso una buena cantidad de plantas en el centro del sitio donde estaban marchando esas orugas. No había alimento en el camino por donde transitaban pero, si lo deseaban, tan solo debían girar hacia el centro y ahí lo encontrarían. Las orugas estuvieron marchando por un día, dos días, seis días, y al séptimo, una a una fueron cayendo muertas. ¿Por qué murieron? Porque a ninguna se le ocurrió levantar la cabeza y mirar al centro, que era donde se encontraba la provisión de alimento. Algunos cristianos son como esas orugas procesionarias, están como programados, esquematizados, y no salen de ese encuadre. Su mente desarrolló cierta forma de comportarse, y no se salen de ella. Piensan que las bendiciones de Dios están muy lejos, cuando en realidad las bendiciones están en el centro. Y van siguiendo a otros, van detrás de la corriente sin voltear a mirar cuán cerca están los favores del Señor.

Dios le dijo a Abraham: "Levanta tus ojos y mira; alza tus mirada y observa toda esta tierra que tengo para ti". Y Dios le dice a usted también hoy: "Deja de marchar de acuerdo a tu pensamiento. Levanta tus ojos y mira todas las bendiciones que te he preparado. Tengo para ti riquezas espirituales, físicas, emocionales, financieras. Tengo más para darte de lo que tú tienes para pedirme. Yo ya he preparado en el reino de los cielos todas las bendiciones para ti, para tus hijos, para tu descendencia, porque no quiero que pases por ninguna necesidad ni dificultad económica en esta tierra. Pero tienes que levantar la cabeza y mirar las bendiciones que guardo para ti".

Usted debe creerlo. De lo contrario, le sucederá como a muchos, que van pasando los años y van muriendo en la pobreza, en la miseria, en la esterilidad ministerial, sin poder ver nunca la misericordia del Señor colmando sus vidas. Dios repite una y otra vez: "Alza tus ojos".

¿Qué enseñó el apóstol San Pablo?. "Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido al pensamiento del hombre, son las que Dios tiene preparadas para los que le aman". Mas para alcanzar esta promesa, usted tiene que levantar sus ojos y ver que Dios ya plantó un huerto de bendición para usted. Todo lo que necesita está en ese lugar: armonía familiar, prosperidad, alegría, trabajo, salud. Entonces, extienda su mano y tome lo que Dios ya aprovisionó para usted.

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