jueves, 19 de noviembre de 2009


Cuidado del obrero


La salud del lider determina su impacto en la vida de los demás.
 
«Entonces los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado. Él les dijo: "Venid vosotros aparte, a un lugar desierto, y descansad un poco." (Eran muchos los que iban y venían, de manera que ni aun tenían tiempo para comer.) Y se fueron solos en una barca a un lugar desierto».El pasaje de hoy nos deja tres reflexiones importantes con respecto al cuidado pastoral que debemos brindarle a nuestros obreros.

En primer lugar, observamos que Jesús creó la oportunidad para que sus discípulos compartieran todo lo que habían hecho y enseñado. Esta es una función importante del líder, pues con el solo hecho de escuchar a sus obreros les demostrará que tiene genuino interés en sus vidas y lo que están haciendo. En demasiadas congregaciones los que sirven lo hacen con un alto grado de frustración porque el pastor rara vez se les acerca para demostrar así interés por el ministerio de sus colaboradores. En muchos casos las personas sienten que lo único que importa es que ellos cumplan con sus responsabilidades. Brindarles el espacio y el tiempo necesarios para que compartan es demostrarles que uno los valora profundamente.
Muchos obreros viven con falsos sentimientos de culpa cuando no están haciendo nada.
Asimismo, esta oportunidad de escuchar a sus obreros le proveerá al líder valiosa información para medir qué tan eficaces han sido sus discípulos. En el relato de sus aventuras quedarán expuestos sus aciertos y sus errores. Podrán, también, compartir las dudas y preguntas que tienen acerca de lo que han vivido. Todo esto servirá como una importante plataforma para seguir invirtiendo en sus vidas, pues las lecciones más preciosas sobre el ministerio frecuentemente se aprenden en la escuela de la vida. El líder puede también animarlos, en ese momento, a que sigan creciendo y sirviendo con fidelidad al Dios que los ha llamado.

En segundo lugar, observamos que Cristo los animó a «descansar un poco». Tome nota de que no les preguntó si querían descansar, sino que tomó la decisión por ellos. Muchos obreros viven con falsos sentimientos de culpa cuando no están haciendo nada. Han crecido en congregaciones que los han convencido de que la única señal verdadera del compromiso es estar trabajando. Vemos, no obstante, que Cristo incorporó a su ministerio ritmos de trabajo y descanso. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que la salud del obrero determina su impacto en la vida de los demás. Es nuestra responsabilidad, como pastores, velar por el bienestar de nuestros líderes.

Por último, observe que para lograr este descanso Cristo apartó a los discípulos a un lugar solitario. Esto obedece a una sencilla razón: es imposible descansar cuando uno está rodeado de las multitudes necesitadas. Para lograr un verdadero descanso, tendremos que ayudar a los obreros a que salgan del entorno ministerial. No hace falta trasladarlos a un lugar alejado. Quizás no sea necesario más que un día en el parque, o paseando en la ciudad. El hecho es que estén alejados del lugar donde habitualmente desempeñan su ministerio. De esta manera, podrán recuperar sus fuerzas y servir mejor.
Producido y editado por Desarrollo Cristiano Internacional para DesarrolloCristiano.com. Copyright ©2003-2009 por Desarrollo Cristiano, todos los derechos reservados.

No hay comentarios: