miércoles, 9 de julio de 2008

LA FE SURGE AL ESCUCHAR LA VOZ DE DIOS

“La fe viene por el oír, y el oír por la palabra de Dios“(Romanos 10:17)

Dios nos ha dado la capacidad de creer para cambiar las circunstancias en forma positiva. Pero es indispensable oír lo que Dios dice al respecto, pues todo lo que nosotros queramos conquistar tiene que estar avalado por la Palabra de Dios. En ella podemos encontrar la semilla de vida. Cuando ésta sea sembrada en un corazón sano y lleno de fe, germinará y dará el fruto del milagro que se desea. Esto se debe a que todo el poder de Dios está o concentrado en su Palabra, y solo nuestra fe puede activar ese poder, poniéndolo en acción.

Nuestros oídos tienen la capacidad de escuchar muchos sonidos a la vez. Entonces, el éxito en oír la voz de Dios depende de nuestra atención. Es decir, debemos escuchar atentamente la voz de Dios a fin de que Él pueda mostrarnos los propósitos que tiene para nuestra vida; esto es, través de su Palabra. Debemos saturar nuestra mente de las Escrituras pues, aunque contengan muchas historias acontecidas miles de años atrás, el accionar de nuestro Señor en ellas nos revela que es igual de poderoso en estos días como en aquellos. La Palabra de Dios no está sujeta a tiempo ni espacio, y Dios no se rige por leyes humanas. Fue Él quien estableció el tiempo para los seres humanos, y no hay tiempo establecido para Dios; Él es por siempre y para siempre. Su Palabra se halla en el plano espiritual; y siempre lo espiritual domina sobre lo natural. Cuando la palabra sale de la boca de Dios, no puede regresar hasta que haya cumplido todo aquello para lo cual fue enviada. Mientras haya una sola vida dispuesta a creer en ella, la palabra cobra fuerza para cumplir su misión en esa vida. Jesús dijo: “El cielo y la tierra pasarán, mas mi palabra no pasará” (Marcos 13:31).

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